EL XV MEMORIAL GRACIANO IRIARTE PONE PUNTO Y FINAL A SU VERSIÓN MÁS INVERNAL

Arizmendi-Arrastia, 20; Albiasu-Merindano, 25//Juanillo-Gamio, 21; Mantxo-Linzoain, 25//Casillas-Bretón, 18; I- Huarte-J Huarte, 25

El 15º Memorial Graciano concluyó este sábado en el frontón López con la celebración de sus tres finales. Fue una mañana magnífica de pelota en el frontón López, con calidad por parte de los pelotaris en la cancha y buen ambiente en las gradas, que recordó, por fin, a tiempos prepandémicos, en la que el público que disfrutó de lo lindo. Asistieron a la entrega de premios, cómo no, familiares del gran Graciano Iriarte, así como dos pelotaris profesionales: el manista Unai Laso y el remontista Javier Urriza. Y se realizaron también los tradicionales sorteos del jamón y de los productos gastronómicos. Todavía hay mascarillas, pero la pelota por fin retoma su pulso en el López.

La mañana empezó con la final de Tercera y la victoria de dos hermanos emblemáticos de los frontones de la Rotxa, Iñigo y Javier Huarte, ante dos palistas más veteranos como Pello Bretón (Villava) y Manuel Casillas (Arre). Los Huarte, dos chicos jóvenes pero que llevan ya más de una década entre la fiel parroquia de pelotaris rotxapeanos, sacaron lo mejor que han aprendido, el juego ratonero y el arte en los cuadros alegres. Javier es en la zaga un pelotari eficaz y técnico con las dos manos, que concede pocos regalos. E Iñigo soluciona sus limitaciones físicas con una gama de remates y de creatividad digna de dibujos animados. El sábado dio un show. Casillas y Bretón se adelantaron 4-1. Según su guión, planteaban el partido con una pelota rápida, aprovechar el físico de Bretón en la zaga en el peloteo y esperar la habilidad de Casillas para rematar jugadas claras. Pero, en cuanto los Huarte recuperaron el saque, cambiaron a una pelota más tosca, pelota rotxapeana, para cambiar el partido, del 4-1 al 4-10, con un festín rematador de Iñigo Huarte. Los Huarte son pelotaris de rachas, y tras ese 0-9 a su favor, encajaron un 5-1 con el que el partido se apretó (del 4-10 al 9-11). Pero supieron aguantar y esperar a jugar otra vez al viento favorable (12-14, 15-19), con un Iñigo Huarte que acabó su festín con un remate al dos paredes (18-25).

Tras este bonito partido llegó la final de Segunda (Juanillo-Egoitz Gamio vs Hodei Mantxo y Julen Linzoain), un encuentro con pelotaris de gran calidad que bien podrían jugar en Primera. El partido empezó con un pequeño desastre, una falta de saque de Linzoain que resumía cómo llegaban: Mantxo-Linzoain con más nervios, y Juanillo-Gamio, más asentados (5-2, 9-5, 11-8, 14-12). Pero alcanzado el ecuador, Mantxo-Linzoain disiparon dudas y enlazaron un 1-9 a su favor (del 14-12 al 15-21) que les vía libre para llevarse las txapelas. Juanillo, un auténtico killer y un competidor crónico, se vio esta vez superado por su rival, un Mantxo rapidísimo en defensa y con veneno en el txoko. Y en la zaga, Linzoain, otros días una auténtica apisonadora por su golpe, digno de un número uno, estuvo más comedido en sus peculiares “recados”; pero, en cambio, jugó con facilidad y sin apenas fallos, sin dar tregua a un zaguero tan peleón como Egoitz Gamio. Con Juanillo de blanco nunca hay que confiarse, y los rezagados se asomaron con peligro (20-22); pero la insistencia de Mantxo-Linzoain les dio las txapelas (21-25, con un pelotazo final de Manxto al rebote).

Llegaba el plato fuerte del torneo, con la final de primera entre Arizmendi-Arrastia y Albiasu-Merindano. Albiasu-Merindano habían perdido ante esta misma pareja en la liguilla por un resultado muy abultado, 25-10, pero esta vez se vio una historia muy distinta: Albiasu-Merindano buscaron pelotas muertas, con las que neutralizar el temible peloteo de Arrastia y Arizmendi, y aprovechar la pegada de Merindano y el peligro de gol constante de Albiasu con su remate. La jugada les salió perfecta. Arrastia, zaguero dominador y campeón de este torneo en 2021 (lo ganó en compañía de Ibai Mateo), no pudo imponer el ritmo machacón que acostumbra en tantas finales, y veía cómo sus rivales se escapaban en el inicio: 3-8, 4-11, 9-13. Arizmendi y Arrastia son una pareja tan fiable que, aunque no estaban cómodos, supieron sufrir para recortar al mínimo la desventaja (12-13). Pero Albiasu-Merindano apretaron aún más, con un Merindano pegador y un Albiasu muy valiente en el ataque (12-19, 14-20, 19-24 y 20-25).

A sus 55 años, el mérito de José Luis Merindano en una final de este calibre merece mención especial. 16 años después de su victoria en el I Memorial Graciano Iriarte (lograda junto al delantero Roberto Sánchez), Merindano estuvo esta vez también muy bien acompañado por el palista del momento, un David Albiasu que a sus 26 años lleva una temporada perfecta (campeón de Individual, del Cinco y Medio y del Máster). Pero el rendimiento de Merindano en este Graciano, con momentos épicos como su victoria ante Antxordoki-Huegun (partido que acabó él mismo con un saque al dos paredes), o la semifinal sacada adelante ante dos duros pegadores como Ibai Santesteban y Edu Vidán, le reafirman como mito de la pala en Navarra.

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